Esperas desde la orilla del río
¿Por qué saltan los peces?
¿Has pasado alguna vez un día entero junto al río? Sólo observar cómo fluye el agua. Y descubrir toda la vida que se agrupa a su alrededor. Es una actividad sencilla. Pero que emana mucha paz.
Siempre he sentido gran fascinación por la nutria. Por su aspecto simpático y su habilidad nadadora. Y sobre todo porque es una especie amenazada, bastante difícil de ver y porque es sinónimo de un gran estado de conservación del medio. Por eso, con la excusa de poder ver y fotografiar alguna nutria, me gusta acercarme a los ríos. Asentarme en la orilla. Y esperar…
Por la mañana, cuando aún no ha salido el sol, es uno de los momentos más mágicos. No hace viento. El agua se calma. Sólo se escuchan los pájaros. Y me concentro observando la superficie del agua. Cualquier movimiento puede ser clave para descubrir alguna nutria antes de que vuelva a su madriguera.
A menudo no ocurre nada extraordinario. Pero la naturaleza siempre es maravillosa. Cuando la luz dorada empieza a acariciar el paisaje, los reflejos en el agua son cada vez más precisos. Las hojas verdes de primavera crean tonalidades muy vivas. Y el ruido de un pez que acaba de saltar me hace volver a la realidad. Entonces, siempre me hago la misma pregunta, ¿por qué saltan los peces?
Por la mañana es fácil ver volar alguna garza real o un garcilla bueyera. Y cuando estoy de suerte también alguna rapaz. Como una pareja de milanos negros, que recogen ramas para hacerse el nido, en un árbol muy cerca de donde me he camuflado por la mañana. La actividad alrededor del río nunca se detiene.
Veo a contraluz un cormorán, con las alas extendidas después de haberse camuflado. Ya empieza a hacer más calor. No tardará demasiado en estar seco de nuevo.
En primavera los insectos y el polen se apoderan del aire. Y cuando miro el entorno con los prismáticos, todo se transforma. Todos los detalles pasan a ser importantes y tengo delante de mí un nuevo mundo. Los insectos no paran quietos mientras una lavandera bueyera trata de atraparlos.
Todo es muy sencillo. Pero cuando presto atención descubro detalles mágicos.
Una nueva mañana brumosa me regala unos instantes preciosos. Un zampullín se acerca a mí inmerso en el ambiente azulado que anticipa la salida del sol. Tengo pocos segundos para fotografiarlo, antes de que bucee y desaparezca.
La nutria a menudo no aparece por ninguna parte. Pero esperarla, a orillas del río, es siempre un privilegio. Y siempre me queda el recuerdo de los instantes en los que he podido verla…
La nutria en Catalunya: una especie amenazada
Desde 1995, cuando se reintrodujeron ejemplares de nutria en los ríos de Catalunya, la situación de este mamífero acuático ha mejorado progresivamente.
La conservación de su hábitat (ríos, lagos, lagunas y marismas) es clave para la supervivencia de esta especie. La presencia de nutrias en los cursos fluviales es un gran bioindicador del estado de un río.
La contaminación, destrucción del hábitat y sobreutilización de los recursos hídricos han sido las principales causas de regresión de sus poblaciones. Poco a poco se están reduciendo estos factores que amenazan a sus poblaciones. Pero todavía hay mucho trabajo por hacer.
Actualmente, el coipú, una especie invasora procedente de Sudamérica, es también una amenaza para las riberas de Cataluña. Estos animales, de aspecto simular a un castor, han proliferado mucho en los últimos años. Son una amenaza real por los ecosistemas de las nutrias y el resto de especies que viven en torno a los ríos. Sin embargo, para regular sus poblaciones deberían priorizarse las estrategias que respeten la vida de estos animales: esterilización, captura y recolocación…