La gran sabana Africana

En el Este de África, el corazón del continente late con una intensidad indomable, ofreciendo a los amantes de la naturaleza una experiencia incomparable. La Gran Sabana Africana, una región que se extiende como un vasto e infinito tapiz, es el hábitat de una increíble diversidad de animales fascinantes.

El ecosistema del Serengeti-Mara es el gran representante de la sabana africana. Sus tierras áridas son testigos de uno de los espectáculos naturales más fascinantes del mundo: la Gran Migración. Un movimiento cíclico de millones de herbívoros, que también condiciona la vida de los majestuosos leones, leopardos y guepardos que sobreviven en este territorio.

Pero el mundo salvaje de la sabana africana se extiende mucho más allá. En el Este de África, en Kenia, Tanzania y Uganda, se encuentran algunos de los parques nacionales más fascinantes para observar este ecosistema de pura belleza y delicada armonía.

La silueta de una acacia de copa plana (Acacia tortilis) durante la salida del sol en el Parque Nacional del Serengeti.

 

Un cob de Uganda (Kobus kob thomasi) en el Parque Nacional Murchison Falls.

 

Detalles de un elefante africano de sabana (Loxodonta africana) en el Parque Nacional Tarangire, en Tanzania. El futuro del animal terrestre más grande del planeta es motivo de preocupación e incertidumbre.

 

Uno de los leones (Panthera leo) de la Rongai Pride, una de las manadas más emblemáticas del Masai Mara, en Kenia.

 

Una cría de león de tres meses en el Masai Mara.

 

Un numeroso grupo de ñus azules (Connochaetes taurinus) caminando por las llanuras que rodean el Lago Ndutu, al sur del Área de Conservación del Ngorongoro. Cada febrero, nacen medio millón de ñus en esta zona.

 

Una manada de elefantes en el Masai Mara. Las manadas de elefantes tienen complejas estructuras sociales, están lideradas por matriarcas y están compuestas por grupos de hembras adultas y crías, mientras que los elefantes machos suelen vivir solos o en pequeños grupos de solteros.

 

Una pareja de leones en lo alto de un árbol en el Parque Nacional Tarangire. En algunas áreas de Tanzania, Kenia y Uganda, los leones se han acostumbrado a trepar a los árboles para escapar de las molestas moscas tse-tse.

 

Un picabueyes piquigualdo (Buphagus africanus) en la parte trasera de una jirafa Masai (Giraffa camelopardalis tippelskirchi) en el Parque Nacional Serengeti.

 

Un guepardo (Acinonyx jubatus) iluminado por la cálida luz de la salida del sol en el Masai Mara.

 

Un león devorando una cebra cazada durante la noche en la Reserva Nacional del Masai Mara.

 

En el paisaje minimalista de la sabana africana del Serengeti, las siluetas de los árboles y las jirafas se pueden distinguir desde muy lejos.

 

Una leona de la Rongai Pride con su cría de menos de tres meses.

 

En la sabana, alrededor de los cursos fluviales es donde se puede observar una mayor diversidad de aves. En la fotografía, un martín pescador malaquita (Alcedo cristata) en el Parque Nacional Queen Elizabeth, en Uganda.

 

Un rinoceronte blanco y su cría en el área de conservación de Ol Pejeta Conservancy. En esta reserva sobreviven los dos últimos ejemplares de rinoceronte blanco del norte.

 

Amanecer en la sabana semiárida de la Reserva Nacional de Samburu.

 

Un león descansando en un árbol en el Parque Nacional Tarangire.

 

La palabra kopje (se pronuncia «copie») se utiliza para denominar a los pequeños cerros rocosos que rompen la monotonía de la sabana africana. Son una de las características distintivas del Parque Nacional del Serengeti.

 

Un grupo de cebras comunes (Equus quagga) fotografiadas durante el amanecer en el Cráter del Ngorongoro.

 

Tres guepardos alimentándose de una gacela de Thomson recién cazada en la Reserva Nacional de Samburu, en Kenia. El guepardo es el animal terrestre más rápido y puede alcanzar velocidades de hasta 113 km/h. Después de una persecución, un guepardo necesita media hora para recuperar el aliento antes de poder comer.

 

La piel de los hipopótamos es extremadamente sensible a la luz solar. Por esta razón, pasan prácticamente todas las horas del día en el agua. Por la noche, es cuando salen del agua para alimentarse y suelen caminar más de 10 km por noche. En el Parque Nacional del Serengeti es muy común ver grandes grupos de hipopótamos.

 

Un león en el Masai Mara. Es poco común ver a un león adulto sin ninguna cicatriz.

 

Una jirafa sacudiéndose el agua de la lluvia junto al camping de Seronera, en el centro del Parque Nacional del Serengeti.

 

Dik-dik (Madoqua kirkii), el diminuto habitante de la Reserva Nacional de Samburu, capturado en toda su gracia y belleza.

 

Una hiena manchada (Crocuta crocuta) alimentándose de una gacela de Thomson. La creencia de que las hienas son solo carroñeras es falsa. Son animales oportunistas y siempre que pueden cazan gacelas de Thomson, cebras o ñus, entre otros.

 

Un elefante solitario entre la inmensidad de la sabana del Masai Mara.

 

El juego entre los jóvenes leones es clave para desarrollar sus habilidades de caza y defensa en el Masai Mara.

 

Un impala (Aepyceros melampus) en el Parque Nacional del Lago Nakuru, en Kenia.

 

Un leopardo (Panthera pardus) descansando a la sombra de unos arbustos en el Masai Mara. El leopardo es uno de los felinos más escurridizos de la sabana africana.

 

Un amenazado rinoceronte negro en el Cráter del Ngorongoro.

 

Un guepardo en el Área de Conservación del Ngorongoro en Tanzania. Esta área de conservación, junto con el Parque Nacional del Serengeti y la Reserva Nacional del Masai Mara, forma uno de los ecosistemas de sabana africana más extensos y salvajes.

 

Un león bajo la lluvia en el Masai Mara. Una herida en la boca puede ser mortal para este felino, especialmente si le dificulta cazar o defenderse de otros leones.

 

Un grupo de búfalos africanos (Syncerus caffer) iluminados por la luz de la salida del sol en el Parque Nacional del Lago Nakuru, en Kenia. Estos animales son uno de los más peligrosos de África.